Un motor invisible de la #CulturaOrganizacional
En el ambiente corporativo, existe un concepto que destaca por su impacto y alcance: el accountability. Aunque la traducción literal que algunos traductores proponen es: responsabilidad, va mucho más allá de ser responsable, cumplir o lograr resultados. El accountability se refiere a la disposición y la responsabilidad personal de cada individuo para cumplir con sus compromisos y aceptar las consecuencias de sus acciones. Es una cualidad que no solo se necesita de los líderes, sino que debe estar arraigada en la cultura organizacional.
El accountability en una organización implica que cada miembro sea consciente de su papel y esté comprometido con el logro de los objetivos comunes. Según un estudio de Harvard Business Review, las empresas con una cultura de accountability tienen un 16% más de rentabilidad y un 30% más de crecimiento en sus ingresos. Esto se debe a que esta cultura fomenta la iniciativa, la proactividad y la innovación, ya que los empleados se sienten responsables de buscar constantemente formas de mejorar y de contribuir al éxito del negocio.
Para desarrollar el accountability entre los colaboradores, el liderazgo puede implementar las siguientes iniciativas:
- Establecer expectativas claras: Es fundamental que cada miembro del equipo conozca cuáles son sus responsabilidades y cómo contribuyen al logro de los objetivos organizacionales, teniendo una visión sistémica.
- Fomentar la transparencia: Promover un ambiente en el que la comunicación sea abierta y honesta, donde se reconozcan los errores y se busquen soluciones de manera colaborativa.
- Brindar feedback oportuno y constructivo: Proporcionar retroalimentación sobre el desempeño de cada miembro del equipo ayuda a que puedan identificar áreas de mejora y actuar en consecuencia.
El accountability actúa como el cimiento de la mejora continua, ya que impulsa a cada individuo a asumir la responsabilidad de su contribución al equipo, identificar áreas de oportunidad y trabajar constantemente en su desarrollo para alcanzar nuevos niveles de excelencia. Desarrollar esta habilidad no solo beneficia a la organización, sino que también contribuye al desarrollo integral de cada persona, permitiéndoles alcanzar su máximo potencial.