El mundo siempre ha sido un lugar de constantes cambios, pero los avances de la tecnología y la digitalización lo han acelerado exponencialmente.
Aquello que se conoce como la cuarta revolución industrial está alterando nuestra forma de trabajar demandando nuevas habilidades.
Muchos trabajos se han ido perdiendo, por ejemplo, estamos aprendiendo a pagar nosotros mismos en los supermercados y a gestionar nuestras cuentas bancarias sin ver la cara al director de la sucursal.
La pérdida de oficios y nacimiento de otros causada por los rápidos cambios en el mundo no ha cesado. Sin embargo, el mundo nunca se ha detenido gracias a la existencia de empresas que saben surfear bien sobre la ola del cambio.
La rapidez para adaptarse es crucial. Triunfan las corporaciones que incorporan la cultura del cambio y un liderazgo enfocado en las personas. Las personas que saben conectar con el equipo, y que pueden motivar a su gente para alcanzar objetivos y metas, van a ser necesarias en todas las empresas.
Y es que algunas competencias no pueden ser sustituidas por ninguna máquina. La empatía, la flexibilidad en la resolución de problemas, la ética por encima de los intereses, los valores, la integridad, el respeto por los demás y su diversidad, el reconocimiento del esfuerzo, el apoyo a la creatividad, la pasión… son las llamadas competencia blandas y siempre serán demandadas porque son irremplazables.
La capacidad de relacionarse, comunicarse, trabajar en equipo y desempeñarse determinan el entorno laboral. El desarrollo de estas competencias (soft skills) representa beneficios que trascienden el perfil laboral de una persona y sus resultados se reflejan en el incremento de la productividad empresarial.
Las soft skills son esenciales en el día a día ya que no solo se circunscriben al entorno de trabajo, sino que se emplean en cualquier escenario ya que facilitan la integración en la comunidad. Los expertos sólo encuentran ventajas en estas cualidades. Pulirlas favorece la organización porque ayudan a generar un ambiente más productivo, armónico y libre de estrés.
Desarrollar estas competencias en los equipos es una buena ‘inversión’ tanto para la organización como para el empleado.
Algunas de las competencias blandas más requeridas en estos tiempos cambiantes son:
● Adaptabilidad: Consiste en aprender o actualizarse de forma continua, adecuarse a las demandas de la compañía, el mercado, o la esfera social. Una persona dispuesta aprender, es capaz de trabajar en situaciones diversas.
● Iniciativa- proactividad: Es la facultad de proponer y adelantarse a los acontecimientos de forma innovadora.
● Positividad: Contribuye a lograr un ambiente amable y más productivo.
● Pensamiento crítico: Esta competencia ayuda a evaluar y resolver problemas con rapidez.
● Organización: Organizar bien el tiempo repercutirá, tarde o temprano, en el grupo. El manejo del tiempo es fundamental para la planificación del trabajo.
● Tolerancia a las críticas: Aceptar las habilidades blandas es un punto a favor para los reclutadores. Se localizan así debilidades y se busca cómo corregirlas.
● Resolución de conflictos: Esta capacidad imprime una postura activa en los individuos. Asimismo, explora todas las estrategias y soluciones posibles. De esa manera puede elegir las opciones más convenientes.
● Trabajo en equipo: La postura colaborativa promueve la cooperación, valora las alternativas de todos y resuelve conflictos.
● Comunicación: Implica tanto el atributo de hablar como de escribir de manera correcta. El objetivo es que la gente sea capaz de comentar las ideas propias o las de la empresa con detalles y sin equívocos.
● Sociabilidad: Permite que las personas sean amables, respetuosas y puedan convivir en armonía con el resto de la organización.
● Creatividad: Ser ingenioso e innovador implica no resignarse a lo dado. Lleva a buscar nuevas perspectivas, estar abierto al entorno y ser receptivo. Demanda ser observador e imaginativo. Además, comprender que equivocarse no es fracasar, sino la posibilidad de aprender de los errores.
● Orientación al logro: Consiste en dirigir todos los esfuerzos hacia el logro de una meta con rapidez, determinación y con estándares de calidad.
● Negociación: Esta habilidad demanda de personas abiertas y flexibles, con la capacidad de influir y persuadir a los demás, saber argumentar y lograr llegar a un arreglo.
● Liderazgo: Es la capacidad de influir, motivar e inspirar al grupo en relación a un propósito. Es característico de quienes poseen una postura asertiva, buena comunicación, delegan responsabilidades y entienden la forma de pensar de los demás.
Hoy en día, las organizaciones, deben crear espacios y condiciones de trabajo que favorezcan y desarrollen estas nuevas habilidades en sus colaboradores.
Y tú, ¿cómo te mueves ante este cambio de paradigma laboral?